"¡ TE NECESITO, SEÑOR!"
¡ Te necesito,Señor!,
porque sin ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos
en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante ti.
¡Quiero buscarte, Señor!
Quiero encontrarte dando vida a la
naturaleza que tú has creado;
en la trasparencia del horizonte
lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas
los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte
en tus sacramentos,
En el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de
tu cotidiana entrega radical.
¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro
de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.
¡Tengo que verte!
Quiero encontrarte
en la pobreza de mi ser,
en las capacidades
que me has dado,
en los deseos y sentimientos
que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas
del encuentro cara a cara contigo.
Amén.
¡ Te necesito,Señor!,
porque sin ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos
en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante ti.
¡Quiero buscarte, Señor!
Quiero encontrarte dando vida a la
naturaleza que tú has creado;
en la trasparencia del horizonte
lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas
los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte
en tus sacramentos,
En el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de
tu cotidiana entrega radical.
¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro
de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.
¡Tengo que verte!
Quiero encontrarte
en la pobreza de mi ser,
en las capacidades
que me has dado,
en los deseos y sentimientos
que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas
del encuentro cara a cara contigo.
Amén.
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