martes, 22 de marzo de 2011

" ORACION A JESUS CRUCIFICADO"


" ORACION A JESUS CRUCIFICADO"

Oh Jesús, que llevado de vuestro
ardentísimo amor hacia nosotros,
habéis querido ser crucificado y
derramar vuestra preciosísima Sangre
para redimir y salvar nuestras almas;
dirigid una mirada a todos nosotros
que llenos de santo recogimiento estamos
aquí recordando vuestra dolorosísima pasión
y muerte. Con vuestra gracia purificadnos
del pecado, santificad nuestro trabajo,
dadnos a nosotros y a nuestros allegados
el pan de cada día, endulzad nuestras penas,
bendecid nuestras familias y conceded al
pueblo, tan afligido por duras pruebas,
vuestra paz, que sólo ella es la paz verdadera,
a fin de que, obedeciendo vuestros mandamientos,
podamos llegar un día a la gloria del Cielo.
Así sea.
 

" ORACIÓN A DIOS PADRE, HIJO Y ESPIRITU SANTO"



" ORACIÓN A DIOS PADRE, HIJO Y ESPIRITU SANTO"

Quisiera despojar mi oración Padre,
de toda palabra preconcebida,
Quisiera adormecer mis sentidos
para dejarme guiar tan sólo por Ti,
y pensar que no soy nada.

Quisiera que me empapes de Fe viva Jesús,
para transmitir la Fe serena, la Fe de la esperanza
y la Fe de la alegría a todo el mundo,
y seguir pensando que no soy nada.

Quisiera que me des, oh Espíritu Santo,
el don del amor y la caridad,
para recoger al caído y brindarle
Tu mano y consuelo, y pensar aún,
que no soy nada.

Quisiera que me ayudes, Virgen María,
a siempre recordar tu santa vida
para que yo pueda encontrar en ella
la inspiración de mis días,
sin olvidar que yo... yo no soy nada.
Porque siendo nada, sabré que sin Ti Señor,
no puedo hacer nada.

Amén
.
 

"GRACIAS MADRE NUESTRA MARIA"




"GRACIAS MADRE NUESTRA MARIA"

Gracias por ser Santa María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra,
desde siempre.
Gracias por haber acogido
en tu seno purísimo
a quien es
la Vida y el Amor.
Gracias por haber mantenido
tu "Hágase"
a través de todos
los acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos
dignos de ser acogidos
y vividos.
Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad,
por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia,
por tu fidelidad,
por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes
que rivalizan en belleza
entre sí
y que Dios nos permite
atisbar en Ti.
Gracias por tu mirada maternal,
por tus intercesiones,
tu ternura,
tus auxilios y orientaciones.
Gracias por tantas bondades.
En fin,
gracias por ser Santa María,
Madre del Señor Jesús
y nuestra.
Amén.
(Kirk Eland)