jueves, 26 de septiembre de 2013

Oración de la Mañana





Oración de la Mañana

En el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.

Hoy quiero mirar el mundo
con ojos llenos de amor,
ser paciente, comprensivo,
dulce y prudente.

Ver por encima de las apariencias,
a tus hijos como Tú mismo los ves,
para poder así apreciar
la bondad que hay en ellos

Cierra mis oídos a toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maldad,
que sólo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mi espíritu,
que sea benévolo y alegre,
que todos los que se acerquen a mí
sientan su presencia.

Revísteme de Ti, Señor,
y que a lo largo de este día yo te refleje.

Amén.

A LA LUZ DE TU FIGURA





A LA LUZ DE TU FIGURA

Señor Jesucristo,
que tu presencia inunde por completo mi ser,
y tu imágen se marque a fuego
en mis entrañas,
para que pueda yo caminar
a la luz de tu figura,
y pensar como Tú pensabas,
sentír como Tú sentías,
actuar como Tú actuabas,
hablar como Tú hablabas,
soñar como Tú soñabas,
y amar como Tú amabas.

Pueda yo como Tú,
despreocuparme de mí mismo,
para preocuparme por los demás;
ser insensible para mí y sensible para los demás;
sacrificarme a mí mismo, y ser al mismo tiempo
aliento y esperanza para los demás.

Pueda yo ser, como Tú
sensible y misericordioso;
paciente, manso y humilde;
sincero y veraz.
Tus predilectos los pobres,
sean mis predilectos;
tus objetivos, mis objetivos.

Los que me ven te vean.
Y llegue yo a ser una transparencia
de tu Ser y de tu Amor.
Así sea.


DETENERSE, Padre Ignacio Larrañaga



DETENERSE
¡Qué bueno es detenerse!

Señor, me gustaría detenerme en este mismo instante.
¿Por qué tanta agitación? ¿Para qué tanto frenesí?
Ya no sé detenerme. Me he olvidado de rezar.
Cierro ahora mis ojos. Quiero hablar contigo, Señor.
Quiero abrirme a tu universo,
pero mis ojos se resisten a permanecer cerrados.
Siento que una agitación frenética invade todo mi cuerpo,
que va y viene, se agita, esclavo de la prisa.
Señor, me gustaría detenerme ahora mismo.
¿Por qué tanta prisa? ¿Por qué tanta agitación?
Yo no puedo salvar al mundo.

Yo soy apenas una gota de agua
en el océano inmenso de tu maravillosa creación.
Lo verdaderamente importante es buscar tu Rostro bendito.
Lo verdaderamente importante es detenerse de vez en cuando,
y esforzarse en proclamar que Tú eres la Grandeza,
la Hermosura, la Magnificencia, que Tú eres el Amor.
Lo urgente es hacer y dejar que Tú hables dentro de mí.
Vivir en la profundidad de las cosas
y en el continuo esfuerzo por buscarte en el silencio de tu misterio.

Mi corazón continúa latiendo, pero de una manera diferente.
No estoy haciendo nada, no estoy apurándome.
Simplemente, estoy ante Ti, Señor.
Y qué bueno es estar delante de Ti.
Amén.

(Padre Ignacio Larrañaga)


SEÑOR, ENSEÑANOS A ORAR



SEÑOR, ENSEÑANOS A ORAR

Señor Dios:
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante ti.
¡Te necesito, Señor Dios!,
porque sin ti mi vida se seca.
¡Quiero buscarte!
Quiero encontrarte dando vida
a la naturaleza que tú has creado;
en la trasparencia del horizonte
lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas
los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte en tus sacramentos,
En el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de tu cotidiana entrega radical.
¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro
de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.
¡Tengo que verte!
Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser,
en las capacidades que me has dado,
en los deseos y sentimientos que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas del
encuentro cara a cara contigo.
Amén.

ORACION AL ESPIRITU SANTO





ORACION AL ESPIRITU SANTO

Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, ven, colma esta criatura Tuya de Tus
dones.

Esplendor Divino, Fuego Sagrado, Manantial Cristalino de limpia fraternidad.
Vida de los cristianos, cayado de los desvalidos, luz en las tinieblas, calor en
el frío,
levanta mi ser dormitante, eleva mi alma hacia Ti.

Ven Espíritu Santo, dame Tu Sabiduría para actuar rectamente.

Dame inteligencia santa, para atraer a mis hermanos, no me sienta superior a mis
semejantes,
sino sea el más pequeño para que surjas Tú con poder.

Ven, toma mi mente y renuévala; sea yo un eco de Tu voz y aconseje en la
Voluntad Divina, no en la mía.
Dame las fuerzas para no tambalear y resistir mirándote;
embelesado por Tu fortaleza, sea yo un fiel apóstol.

De Tu ciencia oh Divino Espíritu, sea yo reflejo, busque yo Tu gloria, aleja de
mí lo mundano.
Penetra lo íntimo de mi corazón e injerta en él Tu misma piedad para amar con Tu
mismo amor.

Realiza en mi ser el milagro del temor de Dios; dame sed de almas, para que sin
mirar a quien labore para el Reino.
Oh Espíritu Santo, infunde en mí el don del verdadero amor. Gracias Santo
Espíritu Divino,
vive en mí a plenitud, que consciente de mi necesidad con plena libertad te
llamo a tomar posesión de mi vida.
Gracias oh Bondad Divina, Soberano Misericordioso, Fuego Sagrado.
Amen.