martes, 20 de septiembre de 2011

" A LA VIRGEN MARIA"


" A LA VIRGEN MARIA"


A Tí que eres la Madre,
que amas con ternura,
venimos a ofrecerte nuestra vida
y a decirte que te amamos;
que somos tus hijos que confiamos
en el poder de tu protección.
Llévanos sobre tu corazón
junto al Niño que descansa en tus brazos,
consuélanos en la aflicción,
fortalécenos en la tentación.
Haznos crecer en la fe, en la esperanza,
y en el amor a Dios y a los hermanos.
Conserva en nuestro interior
la alegría de ser hijos de la Iglesia.
Impúlsanos para que seamos
entusiastas evangelizadores del Reino.
Y que tu bendición nos acompañe, Madre
hasta ver la hermosura de Dios en el Cielo.
Amén

" OFRECIMIENTO DEL DIA A DIOS "


" OFRECIMIENTO DEL DIA A DIOS "
"Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo,
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras,
en unión con El,
por la redención del mundo.

Señor mío, y Dios mío Jesucristo:
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.

Amén.


SAGRADO CORAZON DE JESUS


SAGRADO CORAZON DE JESUS

Acordaos ¡oh sagrado Corazón de Jesús! de todo lo que habéis hecho
por salvar nuestras almas, y no las dejéis perecer. Acordaos del
eterno e inmenso amor que habéis tenido por ellas; no rechacéis estas
almas que vienen a Vos, agobiadas bajo el peso de sus miserias
oprimidas bajo el de tantos dolores. Conmoveos a la vista de nuestra
debilidad, de los peligros que nos rodean por todas partes, de los
males que nos hacen suspirar y gemir.

Llenas de confianza y amor, venimos a vuestro Corazón, corno el
corazón del mejor de los padres, del más tierno y más compasivo
amigo. Recibidnos, ¡oh Corazón sagrado! en vuestra infinita ternura;
hacednos sentir los efectos de vuestra compasión y de nuestro amor;
sed nuestro apoyo, nuestro mediador cerca de vuestro Padre, y en
nombre de vuestra preciosa sangre y de vuestros méritos, concedednos
la fuerza en nuestras debilidades, consuelo en nuestras penas, y la
gracia de amaros en el tiempo y de poseeros en la eternidad.

Corazón de Jesús, yo vengo a Vos porque sois mi único refugio, mi
sola pero cierta esperanza; Vos sois el remedio de todos mis males,
el alivio de todas mis miserias, la reparación de todas mis faltas,
la seguridad de todas mis peticiones, la fuente infalible e
inagotable para mi, y para todos la luz, fuerza, constancia, paz y
bendición.

Estoy seguro que no os cansaréis de mí y que no cesaréis de amarme,
protegerme y ayudarme, porque me amáis con un amor infinito.

Tened piedad de mi, según vuestra gran misericordia, y haced de mí,
por mi, y en mí todo lo que queráis, porque yo me abandono a Vos con
una entera confianza de que Vos no me abandonaréis jamás.
Así sea.