sábado, 16 de abril de 2011

"POR LA ORACIÓN VIVO EN TI, SEÑOR "


"POR LA ORACIÓN VIVO EN TI, SEÑOR "

Es a través de la oración que vivo en Ti, Señor.
Mi alma está en Ti, como el niño en el regazo de su madre,
la respiración unida a la suya, un corazón que late al
ritmo del otro.
Señor Jesús, eres mi maestro. El Evangelio te muestra
en oración una noche entera en la montaña.
Orabas antes de hacer un milagro, antes de elegir a los
apóstoles, durante la Cena. Orabas mientras tu frente
vertía sudor de sangre en el huerto de Getsemaní,
mientras agonizabas en la Cruz.
Orabas con la palabra de Dios. Tu existencia era
una oración continua. Orientado al Padre, con un
corazón amante, todo al servicio de su gloria:
"Sea santificado tu nombre, venga tu reino".
Aguardabas con ardor que llegara tu hora
para realizar el sacrificio del amor.
Tú has dicho: "Yo y el Padre somos una sola cosa",
"orad sin desfallecer", "hago aquello que agrada a mi Padre".
Me haces comprender que la oración incesante es comunión
con el Padre, y que la práctica de la oración permite
hacer la voluntad del Padre".

AMEN.

" TU AMOR GRATUITO " P. Carlo María Martini


" TU AMOR GRATUITO "

Ayùdanos, Señor, a comprender
que precisamente en la cruz,
en loa derrota, en la humillaciòn
se manifiesta tu grloria de amor gratuito
hacia el hombre,
se manifiesta tu naturaleza más ìntima.

Porque tú eres el que se dá sin límites,
y esta donación tuya
no aparece en el trueno
en el viento,
en la tempestad,
en la victoria sobre los enemigos.

Aparece ya un poco
en la curación de la enfermedad;
aparece en el vino de Caná,
y en el paralítico que vuelve a caminar.

Pero, sobre todo aparece, cuando tú Señor
te das todo sin reserva,
cuando no hay nada,
que no haya sido dado para mí;
esta es tu gloria
aunque no seamos capaces de expresarla
con las palabras adecuadas.
Señor, haz que comprendamos
el misterio de tu alegría
de tu gloria
y de tu cruz.

Haz que pueda ver,
cuanto hay en mí de agresividad,
de resistencia a los demàs,
de desconfianza,
de miedo,
Líbrame, Señor,
esclarece en mí
todo loque me enfrenta a los demàs.
Hazme caminar por el sendero de tu paz.
Amén.
(P. Carlo María Martini)

"OH DIOS, AYUDAME A SER VALIENTE"


"OH DIOS, AYUDAME A SER VALIENTE"


Señor, ayúdame a ser valiente,
ensename a decir la verdad delante
de los fuertes y a no decir mentiras
para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la felicidad.
Si me das fuerza, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la moneda.
No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mi mismo y a 

juzgarme como a los demás.

No me dejes caer en el orgullo si triunfo.
Ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia 

que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte.
Que la venganza es la señal primitiva del débil.
Si me quítas la fortuna, déjame la esperanza.
Si me quítas el éxito, déjame la fuerza para triunfar del fracaso.
Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme.
Si la gente me faltara a mí, dame valor para perdonar.
Señor, si yo me olvido de Ti, por favor no te olvides de mí...
Amen.
Envió: Lidia Fernandez

"OH DIOS DE TERNURA, ERES MI ALEGRIA"


"OH DIOS DE TERNURA, ERES MI ALEGRIA"

Oh mi Dios, yo sé que tú me amas y sé que tu
amor por mí no es un amor que pasa,
sino un amor eterno.

Sé que me amas tal cual soy,
ya sea tonto o inteligente
ya sea débil ofuerte,
ya sea equilibrado o disparejo...
poco importa, yo sé que me amas,

Es más aún: sé que me amas
cuando me siento perdido,
cuando soy pecador , cuando estoy pobre,
no solo de dinero, sino de virtudes.

Yo sé que tú me amas y que tu gozo es buscarme
como el pastor busca a la oveja perdida,
y sé que te daría un inmenso júbilo
al dejarme encontrar.

Yo sé, oh mi Dios, qu etu Hijo es la prueba
viviente de tu amor
ese amor eteno, que en el tiempo
viene a nuestro encuentro.

Bendito seas oh mi Dios,
Tú quieres guiarme por el mismo camino
y darme un día de dicha,
la alegría completa de ser tuyo
para toda la eternidad.
Amén.
( Jacques Leclerc)