sábado, 3 de diciembre de 2011

"ORACION AL INICIAR EL ADVIENTO"


"ORACION AL INICIAR EL ADVIENTO"

A ti, Señor, presento mi ilusión y mi esfuerzo;
ante ti, mi Dios, confío, confío, porque sé que me amas.
Que en la prueba no ceda al cansancio,
que tu gracia triunfe siempre en mí.
Yo espero siempre en ti.
Yo sé que tú nunca defraudas al que en ti confía.
Indícame tus caminos, Señor: enséñame tus sendas.
Que en mi vida se abran caminos de paz y bien,
caminos de justicia y libertad.
Que en mi vida se abran sendas de esperanza,
sendas de igualdad y servicio.
Tú eres bueno y recto
y enseñas el camino a los desorientados.
Porque eres bueno, perdona mi culpa.
Cuando te soy fiel, Señor,
tú me enseñas un camino cierto;
así viviré feliz y enriquecerás mi vida con tus dones.
Tú, Señor, te fías de mí y me esperas siempre.
Tú, Señor, quieres que sea de verdad tu amigo.
Tengo los ojos puestos en tí,
que me libras de mis amarras y ataduras.
Ensancha mi corazón encogido
y sácame de mis angustias.
Indícame tus caminos, Señor,
tu que eres el Camino.
Hazme andar por el sendero de la verdad,
tú que eres la Verdad del hombre.
Despierta en mí el manantial de mi vida,
Tú que eres la Vida de cuanto existe.
AMEN

***
Jesus Mi fiel Amigo Susurros de Dios
".....Audio....."

" A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO "




" A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO "


Inmaculada,
ya que estás otra vez con tu Hijo,
y reinas con él en el cielo,
mientras nosotros quedamos en
esta tierra poblada de precarias
alegrías y de preocupaciones cada
vez mayores, ayúdanos a hacer de
este tiempo de Adviento una espera
eficaz que nos santifique y nos
consagre al servicio del prójimo.
No se aguarda cruzado de brazos al Señor.
La acción y la oración deben llenar
nuestra vida. Y cuando llegue nuestra
hora y tengamos que atar nuestra
gavilla para presentarla al Señor:
Madre, quédate a nuestro lado.
Ruega por nosotros ahora y en
la hora de nuestra muerte.
Amén

" ORACION POR UN HIJO "




" ORACION POR UN HIJO "


Señor Jesús que quisiste un día ser también niño, protege a
nuestro hijo (a), fruto de nuestro amor, fuente de nuestra alegría,
esperanza de nuestra vida.

Tú que dejabas a los pequeños que se acercaran a ti cuando estabas
en la tierra, Y los bendecías, bendice también a nuestro hijo (a) y
no permitas que su inocencia sea profanada por el mal.

Haz que crezca según tu ejemplo, en edad, sabiduría y gracia.
Acércanos a su inocencia; haz que veamos tu rostro en sus ojos y que
en el (ella) reencontremos nuestra infancia, con todas sus promesas.

Que nuestro hijo (a) nos enseñe a ser niños también a nosotros,
para entrar en el reino de los cielos.
Amén.


Oración de los Padres


Querido Padre Celestial, haz que yo sea una mejor mamá, un mejor
papá. Enséñame a entender a mis hijos, a escuchar con paciencia lo
que tienen que decir, y a responder todas sus preguntas con
amabilidad. Haz que no los interrumpa, que no los contradiga, o que
les conteste mal. Haz que yo sea cortés con ellos, como yo quisiera
que ellos fueran conmigo. Dame el valor de confesar mis pecados
contra ellos, y pedirles perdónó cuando yo sepa que he actuado mal.
Concédeme la gracia de jamás herir los sentimientos de mis hijos.
Evita que yo me ría de sus errores, o que los avergüence o los
ridiculice para castigarles. No permitas que yo tiente a mis hijos
para que roben ni mientan. Guíame siempre, para que yo siempre pueda
demostrar que todo lo que yo diga o haga con honestidad, produce
felicidad. Quítame, te lo ruego, toda maldad que haya en mí. Ayúdame
a que yo deje de molestar, y, cuando me encuentre así, ayúdame a
controlar, oh Señor, lo que quiera decir. Haz que no vea los pequeños
errores de mis hijos, y ayúdame a ver todo lo bueno que ellos hagan.
Inspírame para elogiarles con toda honestidad. Ayúdame a crecer junto
con ellos, a tratarles como corresponde a su edad, pero no dejes que
yo espere que su criterio sea el de los adultos. No dejes que yo los
despoje de la oportunidad de aprender por sí mismos, de pensar, de
elegir, y de tomar sus propias decisiones. Evita que alguna vez yo
les castigue sólo por mi satisfacción egoísta. Dame la capacidad para
concederle lo que ellos me pidan y sea razonable. Y concédeme el
valor de negarles un privilegio que yo sé que les dañará. Concédeme
que sea justo y equitativo, considerado, y buen compañero de mis
hijos, para que tengan un afecto genuino para mí. Haz que yo sea
digno de que mis hijos me amen y me imiten. Amén.



Señor Dios,

que llenaste a María
de gracia y la cubriste
con tu fuerza para que
por obra del Espíritu
Santo concibiera a Jesús,
Salvador del mundo,
concédenos que podamos
imitarla en todo y lleguemos
a ser eficaces colaboradores
tuyos en la obra de la redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.