" A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO "
Inmaculada,
ya que estás otra vez con tu Hijo,
y reinas con él en el cielo,
mientras nosotros quedamos en
esta tierra poblada de precarias
alegrías y de preocupaciones cada
vez mayores, ayúdanos a hacer de
este tiempo de Adviento una espera
eficaz que nos santifique y nos
consagre al servicio del prójimo.
No se aguarda cruzado de brazos al Señor.
La acción y la oración deben llenar
nuestra vida. Y cuando llegue nuestra
hora y tengamos que atar nuestra
gavilla para presentarla al Señor:
Madre, quédate a nuestro lado.
Ruega por nosotros ahora y en
la hora de nuestra muerte.
Amén
Inmaculada,
ya que estás otra vez con tu Hijo,
y reinas con él en el cielo,
mientras nosotros quedamos en
esta tierra poblada de precarias
alegrías y de preocupaciones cada
vez mayores, ayúdanos a hacer de
este tiempo de Adviento una espera
eficaz que nos santifique y nos
consagre al servicio del prójimo.
No se aguarda cruzado de brazos al Señor.
La acción y la oración deben llenar
nuestra vida. Y cuando llegue nuestra
hora y tengamos que atar nuestra
gavilla para presentarla al Señor:
Madre, quédate a nuestro lado.
Ruega por nosotros ahora y en
la hora de nuestra muerte.
Amén
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