" ORACION POR UN HIJO "
Señor Jesús que quisiste un día ser también niño, protege a
nuestro hijo (a), fruto de nuestro amor, fuente de nuestra alegría,
esperanza de nuestra vida.
Tú que dejabas a los pequeños que se acercaran a ti cuando estabas
en la tierra, Y los bendecías, bendice también a nuestro hijo (a) y
no permitas que su inocencia sea profanada por el mal.
Haz que crezca según tu ejemplo, en edad, sabiduría y gracia.
Acércanos a su inocencia; haz que veamos tu rostro en sus ojos y que
en el (ella) reencontremos nuestra infancia, con todas sus promesas.
Que nuestro hijo (a) nos enseñe a ser niños también a nosotros,
para entrar en el reino de los cielos.
Amén.
Oración de los Padres
Querido Padre Celestial, haz que yo sea una mejor mamá, un mejor
papá. Enséñame a entender a mis hijos, a escuchar con paciencia lo
que tienen que decir, y a responder todas sus preguntas con
amabilidad. Haz que no los interrumpa, que no los contradiga, o que
les conteste mal. Haz que yo sea cortés con ellos, como yo quisiera
que ellos fueran conmigo. Dame el valor de confesar mis pecados
contra ellos, y pedirles perdónó cuando yo sepa que he actuado mal.
Concédeme la gracia de jamás herir los sentimientos de mis hijos.
Evita que yo me ría de sus errores, o que los avergüence o los
ridiculice para castigarles. No permitas que yo tiente a mis hijos
para que roben ni mientan. Guíame siempre, para que yo siempre pueda
demostrar que todo lo que yo diga o haga con honestidad, produce
felicidad. Quítame, te lo ruego, toda maldad que haya en mí. Ayúdame
a que yo deje de molestar, y, cuando me encuentre así, ayúdame a
controlar, oh Señor, lo que quiera decir. Haz que no vea los pequeños
errores de mis hijos, y ayúdame a ver todo lo bueno que ellos hagan.
Inspírame para elogiarles con toda honestidad. Ayúdame a crecer junto
con ellos, a tratarles como corresponde a su edad, pero no dejes que
yo espere que su criterio sea el de los adultos. No dejes que yo los
despoje de la oportunidad de aprender por sí mismos, de pensar, de
elegir, y de tomar sus propias decisiones. Evita que alguna vez yo
les castigue sólo por mi satisfacción egoísta. Dame la capacidad para
concederle lo que ellos me pidan y sea razonable. Y concédeme el
valor de negarles un privilegio que yo sé que les dañará. Concédeme
que sea justo y equitativo, considerado, y buen compañero de mis
hijos, para que tengan un afecto genuino para mí. Haz que yo sea
digno de que mis hijos me amen y me imiten. Amén.
Señor Dios,
que llenaste a María
de gracia y la cubriste
con tu fuerza para que
por obra del Espíritu
Santo concibiera a Jesús,
Salvador del mundo,
concédenos que podamos
imitarla en todo y lleguemos
a ser eficaces colaboradores
tuyos en la obra de la redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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