viernes, 13 de abril de 2012

SEÑOR, ENSEÑANOS EL CAMINO



SEÑOR, ENSEÑANOS EL CAMINO
A ti, oh Dios, levantaré mi alma.
Dios mío, en ti confío;
No sea yo avergonzado,
no se alegren de mí mis enemigos.
Ciertamente ninguno
de cuantos esperan en ti será confundido;
serán avergonzados
los que se rebelan sin causa.
Muéstrame, oh Yahvé, tus caminos;
enséñame tus sendas.
Encamíname en tu verdad, y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.
Acuérdate, oh Dios,
de tus piedades y de tus misericordias,
que son perpetuas.
De los pecados de mi juventud,
y de mis rebeliones, no te acuerdes;
conforme a tu misericordia
acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Dios.
Bueno y recto es el Señor;
por tanto, él enseñará
a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes por el juicio,
y enseñará a los mansos su sendero.
Todas las sendas del Señor
son misericordia y verdad,
para los que guardan su pacto
y su Alianza.
Por amor de tu nombre, oh Dios,
perdona también mi pecado,
que es grande.
¿Quién es el hombre que teme a Dios?
El le enseñará el camino que ha de escoger.
Gozará de bienestar,
y su descendencia heredará la tierra.
La comunión íntima de Yahvé es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto.
Mis ojos están siempre hacia Yahvé,
Porque él sacará mis pies de la red.
Mírame, y ten misericordia de mí,
Porque estoy solo y afligido.
Las angustias de mi corazón se han aumentado;
Sácame de mis congojas.
Mira mi aflicción y mi trabajo,
Y perdona todos mis pecados.
Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,
y con odio violento me aborrecen.
Guarda mi alma, y líbrame;
no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
Integridad y rectitud me guarden,
Porque en ti he esperado.
Redime, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias.
 Fray Fernando Rodríguez

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