domingo, 30 de octubre de 2011

" ORACIONES A LA VIRGEN DEL CARMEN "


" ORACIONES A LA VIRGEN DEL CARMEN "

¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos,
que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito
Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra
maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder,
iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría,
aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con
tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo
y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra
amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como
hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros
en el Paraíso. Amén.


¡Oh Virgen Santa del Carmen!

¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a
los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo
Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido,
agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de
tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda
nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo
Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos
nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos
hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don,
vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en
tu amor y devoción. Amen.
ORACIÓN
PARA ALCANZAR SU AMOR

¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima! Vos sois la criatura más
noble, la más sublime, la más pura, más bella y más santa de todas.
¡Oh si todos os conocieran, Señora y Madre mía, si todos os amaran
como Vos merecéis! Pero me consuelo porque tantas almas dichosas en el
Cielo y en la tierra viven enamoradas de vuestra bondad y belleza. Y
me alegro más porque Dios os ama a Vos sola más que a todos los
hombres y ángeles juntos. Reina mía amabilísima, yo, miserable
pecador, también os amo, pero os amo poco en comparación de lo que Vos
merecéis; quiero, pues, un amor más grande y tierno hacia Vos, y esto
Vos me lo habéis de alcanzar, ya que amaros a Vos y llevar vuestro
Santo Escapulario es una señal de predestinación a la gloria, y una
gracia que Dios no concede sino a los que eficazmente quiere salvar.
Vos, pues, que todo lo alcanzáis de Dios, conseguidme esta gracia: que
mi corazón arda en vuestro amor, conforme al afecto que Vos me
mostráis; que os ame como verdadero hijo, ya que Vos me amáis con el
amor más tierno de Madre, para que, uniéndome con Vos por el amor aquí
en la tierra, no me separe de Vos después en la eternidad.
Amén.

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