martes, 29 de marzo de 2011

"SEÑOR, QUITAME TIEMPO"


 
"SEÑOR, QUITAME TIEMPO"

Señor te he dirigido frecuentemente una oraciòn decididamente sin
sentido
te he pedido tiempor, mi jornada de veinticuatro horas, no me basta,
Necesito al menos seis horas más
para responder a todas las llamadas,
atender a los compromisos,
despachar el trabajo retrasado,
responder puntualmente a las cartas.
Y pedì a todos los que exigìan un pedazo de mi tiempo, ya tan escaso,
que fueran mis cómplices en aquella peticiòn de una jornada un poco
màs larga.
Espero que no lo hayan hecho.

Solo ahora me doy cuenta de lo equivocado de aquella oración
Que desfachatez y que presunción, perdóname, Señor.
El tiempo que me has dado, es más que suficiente, lo reconozco,
suficiente para hacer aquellas cosas que Tú esperas de mí y para
hacerlas bien.
No se trata de tener más tiempo a disposición, sino de tener más
ideales a disposición
para llenar de significado el tiempo que poseo.
Deseo más bien que mi tiempo sea más rico en significado
Para eso, te autorizo, Señor a que me quites tiempo.
Esta es mi petición, opuesta a la anterior.

Te pido que me quites horas, de las veinticuatro que tengo a mi
disposición,
Dos, tres, incluso, seis al menos. Como quieras mejor.
Que hermosura, Señor, unas cuantas horas tomadas de lo necesario, no
de lo superfluo de la jornada, y destinado a Tí.
Poder anunciar: Me faltan seis horas al día, porque las he
"despilfarrado" en oración.
Dame la fuerza, Señor,
el coraje,
la libertad, para realizar este gesto alocado,
Entonces estoy seguro de que no desembucharé ya, ante los impacientes
y numerosos
clientes, la acostumbrada excusa: "No tengo tiempo"
Podré por el contrario, declarar en tono triunfal: " ¡Tengo Tiempo!"
Tiempo para hacer las cosas adecuadas, de la manera adecuada, con el
corazòn adecuado.

Señor, quítame tiempo,
No vendré a pedirte que me pagues los daños
por el contrario, te daré las gracias porque el tiempo que me queda,
desùés de tus suculentos cobros, será un tiempo totalmente diverso.
En seuma: un capital que aumenta y adquiere valor precisamente cuando
disminuye.
¿Vamos a hacer juntos este milagro, Señor?

Amén.

(Tomado del Libro " Tengo ganas de rezar " de Alessandro Pronzato)
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar esta página.