"QUEDATE CON NOSOTROS"
Quédate con nosotros, Señor, esta noche.
Quédate para adorar, alabar y dar gracia al Padre
por nosotros mientras dormimos.
Que baje del cielo tu misericordia sobre el mundo,
alivia desde los Sagrarios de la tierra
la prolongada noche de sufrimiento y pena
de las benditas almas del Purgatorio.
Quédate con nosotros, Señor, para alejar
la justa ira de Dios de nuestras ciudades
que atraen la justicia del cielo
con sus densisimas nubes de vicios y males-
Quédate con nosostros, para guardar a los inocentes,
para sostener a los tentados,
para levantar a los caídos,
para subyugar el poder del demonio,
para impedir el pecado.
Quédate con nosotros, Señor,
para consolar a los que sufren,
para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor,
para dar contrición a lo que mueren,
para recibir en los brazos de tu misericordia
a las miles de almas que se presentarán
ante tí esta noche para ser juzgadas.
¡Oh Buen Pastor!, quédate con tus ovejas,
defiéndelas de los peligros
que las rodean y las amenazan.
Pero sobre todo, quédate con los que sufren
y con los agonizantes.
Dános una noche tranquila y una muerte serena.
Oh Dios, sé nuestro Padre misericordioso
hasta los últimos instantes de nuestra vida,
para que sin temor podamos presentarnos
delante de tí, para ser juzgados
Así sea.
(Escrita por el Padre Gabriel Amorth.)
Quédate con nosotros, Señor, esta noche.
Quédate para adorar, alabar y dar gracia al Padre
por nosotros mientras dormimos.
Que baje del cielo tu misericordia sobre el mundo,
alivia desde los Sagrarios de la tierra
la prolongada noche de sufrimiento y pena
de las benditas almas del Purgatorio.
Quédate con nosotros, Señor, para alejar
la justa ira de Dios de nuestras ciudades
que atraen la justicia del cielo
con sus densisimas nubes de vicios y males-
Quédate con nosostros, para guardar a los inocentes,
para sostener a los tentados,
para levantar a los caídos,
para subyugar el poder del demonio,
para impedir el pecado.
Quédate con nosotros, Señor,
para consolar a los que sufren,
para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor,
para dar contrición a lo que mueren,
para recibir en los brazos de tu misericordia
a las miles de almas que se presentarán
ante tí esta noche para ser juzgadas.
¡Oh Buen Pastor!, quédate con tus ovejas,
defiéndelas de los peligros
que las rodean y las amenazan.
Pero sobre todo, quédate con los que sufren
y con los agonizantes.
Dános una noche tranquila y una muerte serena.
Oh Dios, sé nuestro Padre misericordioso
hasta los últimos instantes de nuestra vida,
para que sin temor podamos presentarnos
delante de tí, para ser juzgados
Así sea.
(Escrita por el Padre Gabriel Amorth.)
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