"ORACION DE LOS MAESTROS"
¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe;
que lleve el nombre de maestro, que Tú llevaste
por la tierra.
Dame el amor único de mi escuela; que ni la
quemadura de la belleza sea capaz de robarle
mi ternura de todos los instantes.
Maestro, hazme perdurable el favor y pasajero
el desencanto. Arranca de mí este deseo de
justicia que aún me turba, la mezquina insinuación
de protesta que sube de mí cando me hieren.
Que no me duela la incomprensión ni me entristezca
el olvido de los que enseñé.
Dame el don de ser amigo, para poder amar a mis
alumnos.
¡Acompáñame! ¡Sosténme! Muchas veces no tendré a
nadie sino a ti a mi lado.
Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser
complicado o banal en mi lección cotidiana.
Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes
materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.
(Oración enviada por Lidya González)
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¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe;
que lleve el nombre de maestro, que Tú llevaste
por la tierra.
Dame el amor único de mi escuela; que ni la
quemadura de la belleza sea capaz de robarle
mi ternura de todos los instantes.
Maestro, hazme perdurable el favor y pasajero
el desencanto. Arranca de mí este deseo de
justicia que aún me turba, la mezquina insinuación
de protesta que sube de mí cando me hieren.
Que no me duela la incomprensión ni me entristezca
el olvido de los que enseñé.
Dame el don de ser amigo, para poder amar a mis
alumnos.
¡Acompáñame! ¡Sosténme! Muchas veces no tendré a
nadie sino a ti a mi lado.
Dame sencillez y dame profundidad; líbrame de ser
complicado o banal en mi lección cotidiana.
Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes
materiales, mis mezquinos dolores de cada hora.
(Oración enviada por Lidya González)
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TIPS PARA HACER ORACION…
MAESTROS, CATEDRÁTICOS E INTELECTUALES EN MISIÓN DE FE
La filosofía nos dice que nadie quiere lo que no
conoce. Por eso los misioneros predicaron a los
pueblos de América, desde hace medio milenio, la buena
nueva del Evangelio; y lo han hecho con una fecundidad
divina. Pero no nos podemos quedar en las primeras
letras de la evangelización. Corresponde a escuelas y
colegios, institutos superiores y universidades
confesar la fe sin temores ni acomodos. La fe conduce
a la verdad de Dios, que es la misma Sabiduría, por lo
que el hombre y la mujer tienen ansias de conocerlo,
reconocerlo como Creador y Redentor de la humanidad, y
darle gracias por todos los dones recibidos.
La Gran Misión Jubilar pide a los maestros que
enseñen la doctrina cristiana; a los catedráticos, que
afirmen su fe con la frente en alto; a los
intelectuales, que eviten la esquizofrenia de una
piedad sentimental en el templo y una actitud
agnóstica o desconfiada en el ateneo; al artista, que
dé gloria a Dios con sus canciones, sus cuadros, sus
esculturas, sus presentaciones de ballet y teatro, sus
versos, que son oraciones.
Es por eso que si en las Universidades hablaran un
poco de Dios, la vida de los jóvenes sería diferente.
te invitamos a Orar de una manera especial por todos
los maestros y alumnos de las universidades.
(Agradecemos a Lidya González por este artículo
que nos envió)
MAESTROS, CATEDRÁTICOS E INTELECTUALES EN MISIÓN DE FE
La filosofía nos dice que nadie quiere lo que no
conoce. Por eso los misioneros predicaron a los
pueblos de América, desde hace medio milenio, la buena
nueva del Evangelio; y lo han hecho con una fecundidad
divina. Pero no nos podemos quedar en las primeras
letras de la evangelización. Corresponde a escuelas y
colegios, institutos superiores y universidades
confesar la fe sin temores ni acomodos. La fe conduce
a la verdad de Dios, que es la misma Sabiduría, por lo
que el hombre y la mujer tienen ansias de conocerlo,
reconocerlo como Creador y Redentor de la humanidad, y
darle gracias por todos los dones recibidos.
La Gran Misión Jubilar pide a los maestros que
enseñen la doctrina cristiana; a los catedráticos, que
afirmen su fe con la frente en alto; a los
intelectuales, que eviten la esquizofrenia de una
piedad sentimental en el templo y una actitud
agnóstica o desconfiada en el ateneo; al artista, que
dé gloria a Dios con sus canciones, sus cuadros, sus
esculturas, sus presentaciones de ballet y teatro, sus
versos, que son oraciones.
Es por eso que si en las Universidades hablaran un
poco de Dios, la vida de los jóvenes sería diferente.
te invitamos a Orar de una manera especial por todos
los maestros y alumnos de las universidades.
(Agradecemos a Lidya González por este artículo
que nos envió)
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