" ORACION A JESUCRISTO "
Señor Jesús,
plenitud de los tiempos y Señor de la Historia,
dispón nuestro corazón a celebrar con fe
el Misterio de la Ascensión
y concédenos tu misericordia.
Danos un corazón, humilde y sencillo,
Para que contemplemos con renovado
asombro el misterio de la Salvación;
por el que, Tú, hijo del altísimo,
en el seno de la virgen,
santuario del Espíritu Santo,
te hiciste nuestro hermano.
plenitud de los tiempos y Señor de la Historia,
dispón nuestro corazón a celebrar con fe
el Misterio de la Ascensión
y concédenos tu misericordia.
Danos un corazón, humilde y sencillo,
Para que contemplemos con renovado
asombro el misterio de la Salvación;
por el que, Tú, hijo del altísimo,
en el seno de la virgen,
santuario del Espíritu Santo,
te hiciste nuestro hermano.
Jesús, principio y perfección del hombre nuevo,
convierte nuestro corazón a ti,
para que, abandonando las sendas del error.
caminemos tras tus huellas
por el sendero que conduce a la vida.
Haz que, fieles de las promesas del bautismo,
vivamos con coherencia nuestra fe,
dando testimonio constante de tu palabra,
para que en la familia y en la sociedad
resplandezca la luz vivificante del Evangelio.
convierte nuestro corazón a ti,
para que, abandonando las sendas del error.
caminemos tras tus huellas
por el sendero que conduce a la vida.
Haz que, fieles de las promesas del bautismo,
vivamos con coherencia nuestra fe,
dando testimonio constante de tu palabra,
para que en la familia y en la sociedad
resplandezca la luz vivificante del Evangelio.
Jesús, fuerza y sabiduría de Dios. Padre
enciende en nosotros el amor a la divina Escritura, donde resuena la
voz del Padre,
que ilumina e inflama, alimenta y consuela.
Tú, nuestro Divino Redentor
renueva en la Iglesia el ardor misionero,
para que todos lo pueblos lleguen a conocerte,
verdadero Hijo de Dios
y verdadero Hijo del hombre
único Mediador entre el hombre y Dios, Amén.
enciende en nosotros el amor a la divina Escritura, donde resuena la
voz del Padre,
que ilumina e inflama, alimenta y consuela.
Tú, nuestro Divino Redentor
renueva en la Iglesia el ardor misionero,
para que todos lo pueblos lleguen a conocerte,
verdadero Hijo de Dios
y verdadero Hijo del hombre
único Mediador entre el hombre y Dios, Amén.
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