SEÑOR, CUANTA PACIENCIA NOS TIENES
Padre nuestro, Tú nos sembraste
como una semilla en el cuerpo y
en el amor de nuestros Padres.
Y nos hiciste germinar en el hogar.
Nos regaste con las aguas del Bautismo,
y a nuestros padres, les diste manos de
hortelano, para que nos cultivaran.
Nos has regalado la existencia, y en ella
haz depositado tu Gracia creadora para
que demos frutos, buenos fruos.
Pero hoy que te has acercado a nosotros,
te llevas una gran desilusión:
No hay frutos buenos...
en nuestra vida solo hay ramas
sin frutos auténticos....
Señor, haz que descubramos cuantas
esperanzas tienes puestas en nosotros,
todavía....
SEÑOR, CUANTA PACIENCIA NOS TIENES:
Una y otra vez te dices: esperaré,
quizá el otro año, encontraré un fruto.
Señor que nunca falten en nosotros
vidas que den frutos de amor,
de justicia y de servicio.
Señor apiádate de nuestras vidas
estériles... y gracias por tu
paciencia...
AMEN.
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