jueves, 23 de enero de 2014

MARIA


MARIA

Te doy gracias por estar a nuestro lado.
Eres don incondicional y servicio desinteresado.
No nos abandonas nunca y eres Madre educadora
que nos corriges y sostienes cuando nos distanciamos
del Creador.
Eres Auxiliadora en las pruebas y Mediadora en
nuestras necesidades.
Pero más que nada: eres Madre, que nos cuidas,
nos proteges y nos guías en el crecimiento del
espíritu y en el amor a los demás.
Nos dejaste el ejemplo: Hablaste poco y te
retiraste a un costado, pero con firme presencia.
Sufriente al pie de la cruz y maestra de la
perseverante oración.
Hoy te quiero regalar un nuevo título: Nuestra
Señora de la Mirada.
Tus ojos brillosos reflejan la ternura y la emoción
de tu corazón, vacío de sí pero colmado en plenitud
de un amor generoso, dispuesta a escuchar y a interceder
ante tu Hijo querido.
Y ese especialísimo Don que Dios te regaló, lo tienes
en tu mirada, que trasunta la limpieza de tu alma y
la fidelidad a tu compromiso.
Mirada de ATENCION hacia nuestro sufrimiento y
nuestras infidelidades para transformarlas en
ofrecimiento silencioso.
Mirada atenta para que no nos desviemos del camino.
Mirada tierna y siempre despierta para hacernos sentir
hijos predilectos del Amor del Padre.
Mirada...que da fuerza y alegría para ir al encuentro
de quien dió su vida por nosotros.
Madre, te damos gracias por estar incondicionalmente
siempre a nuestro lado.

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